San Lorenzo es la ciudad más activa del departamento de Valle y recibió su nombre gracias al mártir cristiano. Fue fundada por los españoles desde 1522 y declarada municipio en el año de 1912. El verdadero despegue lo inicia a partir de 1978 cuando el gobierno central decidió iniciar la construcción del muelle e instalaciones del Puerto de San Lorenzo, ubicado en el sitio denominado Boca del Henecán. Ahora este es la principal puerta de entrada y salida de productos del Pacífico hondureño y fuente principal de ingresos económicos para la ciudad.
Junto al puerto, las industrias camaroneras y salineras han convertido a San Lorenzo en una ciudad pujante, emprendedora y artística. Prueba de esto son sus múltiples plazas con esculturas de temas marinos, como El Tiburón, El Camarón, El Pelicano y la Plaza de Puerto Viejo, además del totalmente remodelado parque central.
La gastronomía es tal vez el aspecto que más llama la atención de San Lorenzo. De las aguas del Golfo de Fonseca se extraen curiles, langostas, camarones, cangrejos y peces que forman la base de sus suculentas comidas. Si hay algo que no se puede perder es un coctel de curiles o una sopa de mariscos y coco. Decenas de turistas nacionales han convertido esta ciudad en su sitio favorito para pasear los fines de semana.
Las aguas del Pacífico nutren los intrincados bosque de mangles de San Lorenzo. Los manglares, bosques de árboles y arbustos que se han adaptado para crecer en las tierras bajas a la orilla de los mares tropicales, son el nido de muchas aves. Prueba de ello es la Isla de los Pájaros; un famoso islote que es el hogar de miles de plumíferos. Los manglares del sur son uno de los mejores sitios para observar pájaros en Honduras. Sin duda, el recorrido por esta ciudad costera no está completo sin un tour por sus aguas y manglares.