¿A dónde se inventó la baleada? ¿Y por qué llevará ese nombre? Por lo general se suele hablar de dos orígenes: en una de las leyendas, una señora vendía la popular tortilla de harina con frijoles y queso en San Pedro Sula, y una noche hubo una balacera en la cual salió herida pero con vida. Mucha gente empezó a referirse a su puesto como “el de la baleada“, y así quedó el nombre.
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La segunda versión de su origen se apoya en más evidencia: es la historia de Doña Tere y las “baleadas de la línea’’ de La Ceiba, que a la fecha continua ofreciendo este manjar divino de Honduras.
Las delicias de doña Tere han acompañado a los ceibeños y sus visitantes desde 1964, cuando empezó un puestecito en la avenida República, al lado de la vía del ferrocarril donde pasaban los trenes la Standard Fruit Company. Desde entonces, se empezó a vender las deliciosas tortillas con frijoles y queso que hasta después consiguieron el nombre de “baleada“, según cuentan gracias a un cliente que describió que la tortilla era como el cartucho, los frijoles las balas y el queso seco la pólvora.
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Doña Teresa de Jesús Montiño dice que la otra versión es mentira, es cuento de las personas. “Y podría ser, ya que a experiencia de muchos, las baleadas de la línea son las que tienen más antigüedad’’, dijo doña Tere.
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Las baleadas de la línea
Las baleadas de doña Tere han presenciado mucha vida, la cotidianidad de los ceibeños y las primeras incursiones en la comida hondureña de los turistas. Hoy en día sigue ofreciendo un rico desayuno calientito a tempranas horas de la mañana antes de trabajar, o un tentempié a altas horas de la noche, para seguir celebrando después de haber salido de fiesta.
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Las ricas recetas y la buena voluntad de quienes cocinan han llegado a formar una fiel clientela, permitiéndoles expandir su negocio con un puesto más grande. Al día de hoy, las hijas de doña Tere regentan el trabajo con ella. Sin duda se convertirá en una institución que dure por generaciones.
Sea la versión de doña Tere la original o no es difícil negar que la baleada tiene un sabor singular, muy distinto al de cualquier otra tortilla con frijoles en otras países, y que es un orgullo catracho que todo el mundo debería probar.