A unos 15 kilómetros de La Mosquitia se encuentra Ciudad Blanca, un recinto arqueológico que inició como una leyenda, luego se extendió el mito de que en ella se encontraba una civilización que misteriosamente desapareció, y tras unos cien años de búsqueda, actualmente sirve como un centro de investigación mundial.
Sin embargo, la investigación científica no solo se basa en conocer acerca de la antigua civilización que habitó el lugar, también remarca los descubrimientos sobre los diferentes tipos de animales y plantas que posee la misteriosa ciudad.
En la Biosfera del Río Plátano se observa una amplia vegetación compuesta por una selva tropical que en 2019 arrojó interesantes datos acerca de las nuevas especies descubiertas en el destino conocido como »La Ciudad del Dios Mono».
Lo más relevante de los recientes análisis son la cantidad de especies descubiertas, redescubiertas y amenazadas o en peligro de extinción que habitan el sitio arqueológico, por lo que Ciudad Blanca se convierte en un tesoro natural para los mamíferos, aves, anfibios y el resto de seres vivos que la rodean.
La rana es un anfibio que se analizó en varios sectores de Ciudad Blanca.
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Especies descubiertas
Se observaron varias especies de salamandras en las expediciones.
Entre las especies descubiertas sobresalieron de la vegetación tres nuevos registros para la flora hondureña, como la marcgravia nervosa, serpocaulon maritimum y ardisia wedelli.
Así mismo se asoció a las semillas del cacao (Theobroma Cacao) y el cacao de monte (Herrania Purpurea) a los pueblos prehispánicos de Mesoamérica que habitaron esta área de La Mosquitia.
En cuanto al reino acuático también se encontró un resultado positivo debido a que una especie de pez puede sea nueva para la ciencia, quiere decir que de 13 tipos de peces analizados uno solo se encuentra en Ciudad Blanca.
El tapir es una especie en peligro de extinsión que fue descubierta por una cámara trampa.
Otras especies encontradas que se documentaron por primera vez ocho tipos de anfibios y reptiles, todas registradas en la Reserva del Hombre y Biosfera del Río Plátano.
Además de las 198 especies de aves que hay 28 que no se encontraron en estudios previos en la revisión de la literatura de La Mosquitia, por lo que se consideran nuevas en el territorio hondureño.
Sobre los micromamíferos se reportó una nueva especie de murciélago en Honduras y tres especies consideradas raras que habiten en el territorio catracho por los tipos de ecosistemas en los que suelen vivir.
Este murciélago fue una especie rara de encontrar en el mundo.
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Especies redescubiertas
Los reptiles y anfibios fueron de las especies más documentadas.
Entre las 57 especies de reptiles y anfibios encontrados se redescubrió a la serpiente Rhinobothryum bovallii para Honduras, una especie que no se había registrado en Centroamérica desde 1965.
Una buena noticia es que Honduras logró obtener el tercer registro del Tiny Hawk (Accipiter Superciliosus) en 2019 desde que iniciaron las investigaciones en Ciudad Blanca.
Se redescubrió también un micromamífero, el Phylloderma Stenops, un murciélago de rostro pálido que después de 75 años volvió a localizarse en el país.
La vegetación de la misteriosa ciudad también es estudiada minuciosamente.
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Especies amenazadas
El jaguar es una especie amenazada que habita en Ciudad Blanca.
En esa zona de La Mosquitia se detectaron 14 especies de platas amenazadas y dos especies categorizadas como críticamente en peligro (una palmera y un helecho).
Se encontraron también a una especie de rana (Craugastor Lauraster) en peligro y dos tortugas (Rhinoclemmys annulata y Rhinoclemmys Funerea) con la categoría casi amenazada.
Otro dato preventivo es que aparecen en la lista roja de la UICN seis especies de aves más dos especies vulnerables y una en peligro que es el guacamayo verde mayor, que gracias a este ecosistema de Ciudad Blanca se logran refugiar al menos 2,500 ejemplares.
La rana de cristal fue una especie que logró asombrar a todos.
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Protección del recinto ambiental
Cabe mencionar que Ciudad Blanca tiene una variedad increíble de ecosistemas naturales, que sirve para que habiten las cientos de especies estudiadas recientemente.
Por eso debe ser prioridad de todos los hondureños preservar cada rincón que encierra las cuencas de agua cristalina, vegetación, y la incalculable de animales silvestres que sobreviven en esta maravillosa selva tropical.
La responsabilidad de cada persona es denunciar y proteger de la ganadería, la deforestación y quema del área de suma importancia no solo para Honduras sino para todo el planeta.
El sitio cuenta todavia con zonas vírgenes poco exploradas.
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