Nos encontrábamos la mañana del 31 de enero recorriendo las calles que rodean la basílica de Suyapa previo a la alborada buscando historias de peregrinos que viajan a Tegucigalpa, cuando de repente observó a un hombre que está trabajando con un artículo que tiene tres franjas de colores, esto cautivo mi atención.
Al acercarme logré ver con mayor detalle ese curioso objeto que se encontraba en el suelo. Era un carrito de madera que estaba terminando de tomar forma por las manos de su creador, el artesano nicaragüense Nelson.
El señor se encontraba en el suelo junto a su compañera Cinthia, en una mano tenía un martillo y en la otra un clavo, le estaba dando el último toque a aquel distintivo juguetito que sin duda alegraría a más de un niño.
Me aproxime lo suficiente para poder ver toda la escena, la sorpresa que me llevé al darme cuenta que aquel carrito no era el único. Frente a Nelson había una pila de decenas de carritos con la misma estructura, llantas rosadas, partes pintadas en un brillante color amarillo con detalles verdes y rojos a los lados, pero lo más llamativo era que tenía pequeñas chapas simulando que era los rines de la llanta donde se leía la palabra “Toña”, el nombre de la cerveza nacional de Nicaragua.
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Al preguntarle aquel hombre sobre su procedencia esperaba escuchar que venía de algún lugar del interior de Honduras, para mi asombro Nelson nos visitaba de nuestro país hermano Nicaragua, “Todos los años para estas fechas viajamos desde Nicaragua hasta acá. Mi mamá inició con el negocio hace 20 años y nosotros la acompañábamos siempre, ahora que ella ya envejeció nos toca ayudarla. Siempre viene con nosotros porque no le gusta perderse la alborada», comentó el artesano.
Sin embargo, aquellos juguetes no eran los únicos que realizan esta familia, también ofrecen a los clientes coloridos trompos con pequeños dibujos pintados a manos y tazas de madera de dos pulgadas con detalles de piñas.
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Decidimos comprar uno de sus carritos y le agradecimos por su tiempo, y antes de retirarnos él sacó de una canasta tres mandarinas que nos fueron obsequiadas, no nos habíamos percatada que también tenía frutas en venta, nos conmovió su amabilidad y sin más le dimos las gracias al artesano nicaragüense.
Así como el artesano nicaragüense Nelson hay cientos de personas que se movilizan hacia Tegucigalpa días previos y durante la celebración de la Virgen de Suyapa para poder sustentar a su familia.
Nota por: Nora Bonilla