El sol arde tropical y una seductora ribera de arena blanca con espesa vegetación recibe la visita de un pequeño bote con turistas. Luego de asegurar la nave, el guía lleva a los turistas por un sendero que se adentra por Cayo Menor (una de las dos islas de Cayos Cochinos) para buscar uno de los habitantes más celebres del archipiélago de Islas de la Bahía.
Aunque las boas se han ganado la fama de ser temibles animales que esperan bajo una hoja para atacar a los exploradores, la realidad es distinta. Las boas son menos perniciosas de lo que las historias cuentan y la tranquila protagonista de esta historia se ha ganado mucha fama gracias a una pregunta. ¿Es la boa rosada, endémica de estas islas, una nueva especie para la ciencia?
Este sigiloso animal habita únicamente en las dos islas de Cayos Cochinos (conocidas como Cayo Mayor y Cayo Menor). Sus parientes más cercanos vives en tierra firme y en Roatán; todas estas especies animales guardan mucha similitud genética no obstante no son idénticas. Con el tiempo, varios científicos acudieron a este paraíso tropical para comenzar sus investigaciones.
¿Cómo llegó la boa rosa a Cayos Cochinos?
El doctor Steve Green, científico y máxima autoridad en la materia analizó genéticamente las boas de Cayos Cochinos, Roatán, Utila y tierra firme; él piensa que hay varias formas como las boas pudieron llegar. Las investigaciones han llegado a proponer que este reptil, que tiene una coloración rosácea como estrategia de camuflaje en la vegetación, pudo haber llegado a bordo de algún tronco de árbol flotando desde tierra firme.
Pero su hipótesis más fuerte es que hace miles de años, cuando las islas estaban conectadas con tierra firme, las boas pudieron viajar libremente por un corredor terrestre que conectaba las Islas de la Bahía con tierra firme. Luego, el agua cubrió dicho corredor dejando a algunas boas aisladas en Cayos Cochinos donde han evolucionado adaptándose a las condiciones que le ofrece el medio natural.
Es por esto que la Boa constrictor imperator se parece más a su homologa de Roatán, de donde vinieron las primeras boas, que la especie que habita de tierra firme. Esta migración inesperada ocurrió hace miles de años en una época donde las islas estaban conectadas por tierra.
Con el tiempo, nuestro curioso ejemplar cambió desarrollando características peculiares gracias a un ecosistema donde el alimento y el clima le eran favorables; aquí la boa rosada está en la cima de la pirámide alimenticia.
¿Una especie única?
Las investigaciones más contundentes, cuyas conclusiones levantaron opiniones encontradas, fueron hechas por el doctor Green, quien por seis años llevó a cabo una investigación. Dicho estudio arrojó nuevas pistas pero esto no calmó el debate.
Según Green, la boa rosada guarda similitud genética con la boa de tierra firme. No obstante, también hay muchas diferencias genéticas entre ambas especies; diversos estudios genéticos apoyan su teoría. ¿Son estas pequeñas pero significativas diferencias suficientes para decir que la boa es una nueva subespecie para la ciencia?
Esta es la segunda parte del debate. Por ahora, la comunidad científica sigue discutiendo si los estudios del doctor Green en Cayos Cochinos han sido contundentes para nombrarla una nueva subespecie.
¿Cómo logró evolucionar?
Según se sabe, cuando la boa llegó a los Cayos Cochinos puedo evolucionar en un ambiente favorable. Las boas de Cayos Cochinos tiene la coloración rosácea como mecanismo de mimetismo con la vegetación que le permite pasar desapercibida por sus presas y poder cazar. Esta característica la mantiene durante toda su vida pudiendo cambiar en alguna medida la tonalidad e sus colores dependiendo de factores como ser la temperatura, humedad y su estado de salud.
Es difícil discernir si los rasgos genéticos de la boa son una adaptación para su “nuevo” hogar o si en realidad estamos presenciando la aplicación de las leyes darwinianas en todo su esplendor. Es decir, si la boa rosada representa un ser evolucionado con respecto a la especie continental.
Parece que, este debate tomará más tiempo y estudios más longevos.
Los censos muestran que hay mil ejemplares en Cayo Menor; no obstante, se desconoce el número de ejemplares que habitan en Cayo Mayor. Entre las causas que dejan a la boa en peligro de extinción se encuentra como principal causa la cacería furtiva para utilizarlas como mascotas a nivel internacional.