Los colonizadores europeos tenían la costumbre de proteger los sitios que ellos consideraban importantes y parte de su territorio construyendo fortalezas, convirtiéndolas en un refugio de sus enemigos. Los cañones eran parte fundamental de la defensa de los ataques de piratas.

 

Durante la colonia, se protegía del peligro al botín de plata y los pueblos de la costa, motivo por el cual fueron atacadas por los piratas y corsarios que buscaban adueñarse de las riquezas que desde las colonias se enviaba a España.

En 1550, se tiene conocimiento que los españoles construyeron con mano de obra indígena un puesto defensivo para las costas y el puerto. La Capitanía General de Guatemala ordenó trasladar y colocar cuatro cañones en un punto defensivo de la costa. Más tarde, en 1629, se tiene conocimiento que la fortaleza contaba con seis cañones de artillería, para defender la villa de los piratas y corsarios que hacían de las suyas en el Mar Caribe.
Un pirata famoso de Honduras fue William Parker, quien saqueó las costas españolas y hondureñas en 1578.

 

La Fortaleza de Santa Bárbara, Trujillo

Mudo testigo de una época cruenta, este pequeño recinto fortificado fue escenario de numerosas batallas entre los colonos españoles y los piratas que frecuentemente azotaron a la ciudad puerto. Los cañones todavía apuntan a la bahía, como si esperan un nuevo ataque.
Fortaleza de San Fernando de Omoa, Cortes 

“El Castillo”, como le conocen, es un recinto español construido parcialmente con restos de coral que sirvió durante las contiendas anglo-hispánicas en tiempos de piratas y bucaneros. El diseño, único en su clase, jamás logró terminarse completamente.
Fortaleza de San Cristóbal en Gracias, Lempira

Esta es la única fortaleza que se registra que sirvió como edificio militar, está ubicado geoestratégicamente en lo alto del cerro de San Cristóbal de la ciudad de Gracias, lo que permite una vista completa de la ciudad y del valle. Su construcción fue ordenada en 1850 por el presidente Juan Nepomuceno Fernández Lindo, conocido más comúnmente como Juan Lindo, en una hacienda que era de su propiedad, debido a las amenazas de invasión que existían desde Guatemala y El Salvador, en el marco de las luchas entre conservadores y liberales que asolaron a Centroamérica en el siglo XIX. La construcción no se inicia sino hasta 1864 siendo presidente,  José María Medina, y se finaliza en 1875.

 
En la entrada principal de la fortaleza se exhiben dos cañones que fueron traídos de la fortaleza de San Fernando de Omoa, en la costa norte de Honduras. El fuerte lleva el nombre de San Cristóbal cuyo nombre significa “el que lleva a Cristo”, también es conocido como Cristóforo, que en griego significa “porta Cristo”.