La obra “Dreamers” del artista hondureño Byron Mejía fue admitida a la Colección de Obras de Arte de la UNESCO luego que el Comité Consultativo de esa organización decidiera por unanimidad que la pieza reúne los criterios para formar parte de una de las colecciones de arte más prestigiosas del mundo.
El cuadro fue entregado por el Embajador de Honduras ante la UNESCO, Alejandro Palma Cerna, quién manifestó que “la admisión de Dreamers a la colección patrimonial de la UNESCO coloca a los artistas contemporáneos de Honduras al nivel de los más grandes de todas las latitudes del orbe. Esto no solamente motiva a que las miradas del mundo sean atraídas por el arte contemporáneo hondureño, sino que también plantea nuevos desafíos y motivaciones para nuestros artistas”.
El Embajador Palma Cerna expresó además su agradecimiento a las personas que contribuyeron al proceso de más de dos años de nominación de la obra, entre ellas la Señora Bonnie de García, quién contribuyó a la selección de la obra y a las gestiones para su traslado; y a la Señora Tania Fernández de Toledo, Directora de la Unidad de Obras de Arte y Proyectos Especiales de la UNESCO.
Por su parte, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova señaló la importancia del arte para construir puentes entre culturas y para la promoción de la paz, la tolerancia y el diálogo. Destacó además su satisfacción de incorporar a la colección la obra de un artista joven como Byron Mejía.
La Colección de Obras de Arte de la UNESCO consta de más de 500 piezas entre las que se cuentan piezas de Picasso, Miró, Arp, Appel, Afro, Matta, Calder, Chillida, Giacometti, Moore, Tamayo, Soto, Vasarely, Cruz-Díez, entre otros.
Byron Mejía, nacido en 1979 en Gracias, Lempira, es uno de los artistas jóvenes más destacados de Honduras. Ha realizado importantes exposiciones en Europa y en América. Su visión artística ha sido objeto de muchos artículos y comentarios por parte de curadores de museos internacionales.
El artista explica que la obra Dreamers hace referencia a la situación de vida de incontables inmigrantes que día a día dejan sus hogares para recorrer ese largo camino de sueños, buscados por muchos para un mejor porvenir. La carga energética de la obra se basa en el uso de pigmentos naturales, del encuentro con lo natural. En esta obra Mejía utiliza una técnica mixta sobre lienzo (acrílico, pigmentos orgánicos, cenizas, residuos orgánicos, carbón de leña) y la misma tiene unas dimensiones de 120 x 170 cm.