El llamado Parque Central de esta ciudad ha visto pasar la historia de San Pedro Sula desde principios del siglo pasado.
Sirvió como centro de descanso de las tropas que pelearon durante las guerras internas y en su quiosco algunos sacerdotes se vieron obligados a oficiar misa mientras se construía la actual catedral.
El quiosco es el único elemento arquitectónico que ha conservado el parque desde que fuera construido en 1901 por el gobernador Luis Alonso Barahona. En su honor lleva su nombre aunque los locales continúan llamándole parque central o simplemente parque Barahona.